jueves, 14 de junio de 2012

LA EDUCACIÓN EN BRASIL FRENA UNA ECONOMÍA CASI IMPARABLE



Brasil se esfuerza en crecer como potencia económica y son notables algunos de sus logros en los últimos años. Sin embargo, ¿está mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos al mismo ritmo que su capacidad productiva? Está claro que ciertos sectores sociales sí, pero hay que recordar que el país está superpoblado y que una gran masa de población aún vive en condiciones de pobreza y estas diferencias sociales se reflejan a la perfección en su sistema educativo.

Las favelas de Morumbi, en São Paulo, plasman las diferencias sociales en Brasil.

La diferencia entre la calidad de la enseñanza en centros privados y públicos es muy grande, tanto en el tipo de estudiantes de cada una, como en los recursos y, por tanto en sus resultados.
Es importante conocer que, la población de entre 0 y 24 años, suponen casi cerca de los 80 millones de personas en el país y que esto dificulta ofrecer una educación básica obligatoria, tal como lo establece la constitución brasileña. En este enlace podréis ver más datos sobre la educación pública y privada en Brasil.
El propio sistema social crea una frontera prácticamente infranqueable entre los estudiantes con o sin recursos. Las escuelas públicas más próximas a las zonas de favelas de las grandes ciudades registran las cifras más altas de abandono escolar y de fracaso, mientras que, en los barrios de más prestigio y más caros, se encuentran escuelas privadas que suelen contar con los mejores resultados.
El por qué es claro. Las escuelas privadas reducen el número de alumnos por aula, les ofrecen recursos y materiales adecuados y cuidan al profesorado, mientras que en las escuelas públicas el Estado masifica las clases, apenas concede financiación para recursos materiales y desprecia la formación continua y la valoración salarial de sus docentes. Esta situación ha llevado a la calle a miles de profesores que defienden una mejora en su situación laboral para que así, pueda también mejorar la formación de la población. 
Los datos reflejan que, a pesar de que la educación básica es obligatoria, la menor parte de los estudiantes de escuelas públicas en Brasil continúan sus estudios hasta finalizar los estudios universitarios. Esto provoca que el país necesite mano de obra cualificada en muchos de los sectores más pujantes, algo inexplicable en un país que persigue situarse en lo más alto en el escenario económico y productivo internacional.
La educación es uno de los factores principales para la movilidad social en Brasil. Existe una calidad de fuerza de trabajo tan baja que en la preparación da una ventaja a la hora de trabajar y progresar.
A pesar de los avances de los últimos años, muchos colegios públicos todavía están en clara desventaja con las viejas instituciones privadas. En este sentido, la extensión de una educación de calidad será un factor clave para que este país pueda cumplir sus objetivos económicos.
Uno de los grandes problemas de Brasil, que es su desigualdad social, seguirá sin resolverse mientras no acaben con los problemas estructurales de su educación.
Iandê Oca tratará de solucionar estos problemas a nivel local ofreciendo a los estudiantes de Bom Jesús una escuela donde tengan lo suficiente como para poder seguir ilusionándose con un futuro mejor e igual para todos. 

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