Todos tenemos en nuestra cabeza un esquema de cómo nos han dicho
siempre que deben ser las cosas: de lunes a viernes trabajar, en el colegio, en
casa, en el empleo, sin salir, sin celebraciones,…en verano vacaciones,
desayunar a las nueve, comer a las dos o tres y cenar a las nueve. Son ejemplos
de costumbres que se han hecho norma y que en pocas ocasiones se ponen a debate.
El sistema educativo actual es una de esas rutinas establecidas en
donde parece no caber revisión, a pesar de que no pocos expertos en educación y
cabezas pensantes en general, demuestran su ineficacia. Desde Iandê
Oca nos preguntamos si no
estará equivocado tal sistema. ¿Sería posible desarrollar un proyecto educativo
donde, como proponía el profesor Celestin Freinet,
los conocimientos no se impartan, sino que se adquieran de forma autónoma y
colaborativa?
Conocemos el proceso: el niño llega a clase, el profesor explica y
propone actividades y el alumno absorbe de ahí más o menos, dependiendo de sus
capacidades. Sin embargo, muchos defensores de la enseñanza activa o libre
ponen encima de la mesa otras estrategias para que el niño no adquiera solo
conocimientos. ¿Este es realmente el objetivo?
Cuando nos propusimos dar alas al proyecto de Iandê Oca y dejar
volar nuestra imaginación hacia un sistema educativo alternativo en Bom Jesús,
nos acercamos más a este modelo que Freinet trató de llevar a la práctica.
Muchos expertos cuestionan el valor de los conceptos ante el de la
experimentación. Las elevadas cifras de fracaso escolar en España hacen
necesario una revisión del patrón educativo que está impuesto por ley en las
aulas. ¿Aprende más un niño estudiando qué llegando a esas conclusiones
mediante otras prácticas? Nosotros mismos, los adultos que un día pasamos por
ese proceso, sabemos que en nuestro día a día sólo aprendemos lo que
practicamos y comprobamos por nosotros mismos. No le expliques a tu madre cómo
funciona su móvil porque, hasta que no se eche a la labor y lo manipule un par
de veces, conciente de lo que hace, no se hará con él. Lo mismo le ocurre a un
niño.
Estos sistemas de enseñanza, como el propuesto hace más de un
siglo por María Montessori,
ponen en tela de juicio el poder del castigo o el juego esfuerzo-recompensa
para motivar el aprendizaje de un alumno. Cada uno es diferente y, por tanto,
tiene que haber una estrategia diferente para cada uno.
Hay muchos aspectos más de la educación que exigen una reflexión y
un cambio, como la olvidada educación emocional o la cooperación profesor
alumno. Pero creo que por hoy ha sido suficiente.
“La escuela no debe desinteresarse
de la formación moral y cívica de los niños y niñas, pues esta formación no es
sólo necesaria, sino imprescindible, ya que sin ella no puede haber una
formación auténticamente humana”. (Celestin Freinet).
Esperamos que cada vez tengáis una idea más clara de cómo será la
escuela Iandê Oca en Bom Jesús. Un espacio abierto donde sí esté permitido
poner en práctica este sueño que para nosotros es la educación.
Admitimos sugerencias, ya sabéis.
Si queréis saber más sobre este tipo de sistema educativo
curiosead el proyecto de esta gente: La educación prohibida.
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